Su familia era muy humilde vivían del campo igual que sus abuelos agricultores, labraban la tierra de seis de la mañana a las cinco de la tarde jornadas muy largas, como dicen los campesinos de sol a sol, para poder alimentar a sus ocho hijos .Su madre se encargaba de las tareas del hogar y también colaboraba en alimentar las gallinas y ordeñar un par de vacas. En esos tiempos no tenían luz ni agua ya que vivían en el alto de la montaña ,su padre cortaba árboles secos del monte para hacer fuego.
La casa era de madera y al rededor prados verdes donde los niños solían jugar, una tarde su madre se percató de que faltaba un hijo, Rubian, al preguntarlo a sus hermanos se dieron cuenta de que no estaba, pensaron que se había escondido ,buscaron la casa, en el jardín en el prado,sin señal del niño
Al ponerse la puesta de sol su padre regreso a casa al enterarse de lo sucedido reunió a todos los vecinos del poblado y salieron con antorchas y perros, Elias recordó lo que contaban los antepasados, que el duende vivía en el bosque , engañaba a los niños que no estaban bautizados y se los llevaba al bosque para jugar .También iban a las casa y hacían muchas travesuras escondían los alimentos y para poderlos ahuyentar tocaban la flauta salían llorando y no regresaban más ,en los últimos años se hablaba de haber visto huellas del duende.Rubian no estaba bautizado y sus padres estaban convencidos que el duende se lo habían robado, los acompañaba una noche de luna llena ,se internaron en el bosque al no encontrar rastro ninguno regresaron a la media noche,para continuar al día siguiente .A las cinco horas de búsqueda en la montaña encontraron al niño en un saladero donde suelen las vacas comer sal .
Estaba en perfectas condiciones regreso a casa con sus hermanos ,los padres lo bautizaron y siguió viva la leyenda de los abuelos.
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